Niebla

Cuando la niebla me tapó los poros.
Y el frío incauto mi ojos.
Te vi.
Una sombra lejana vestida de negro que retozaba entre el vapor de agua y el latido sordo del hielo.
Te quise hablar y moví los labios en un intento.
No había voz, ni palabras suficientes, ni palabras vivas, ni palabra alguna.
Te miré.
Te miré fijamente y muy profundo.
Y derretí cada fragmento del tiempo que no nos quiso dar nada.


Aquí dónde me hallo no hay mucho que escribir. kilómetros y kilometros de estepa siberiana que me miran de frente. Cuento las huellas y siempre son pares.
Camino con el sonido crujiente del viento.
El trineo se quedó atrapado en una grieta, mis amados perros son mi única compañia, me acurrucan el tiempo y me dan el ánimo suficiente. Escribo con mi navaja en una corteza helada que el tiempo matará y sueño acordarme de ti a cada momento. 
Espérame en tu recuerdo, quizá algún día te alcance.

Es el fin.




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